El desnudo

Dicen que Felipe IV solía recluirse en una estancia del Alcázar de Madrid para dormir la siesta. Allí, mientras caía en brazos de Morfeo, se recreaba la vista con cuadros, casi todos desnudos de Tiziano. Inauguró así la costumbre de crear salas reservadas para situar los cuadros de desnudos. ¿Querían evitar la furia de los censores? ¿O quizá esos lienzos favorecían los buenos sueños?
 

 

 

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