Transformación de un autobús y un coche

A mediados de Junio de este año, los miembros de Aula10, recibimos una oferta de un representante de la Caja Vital de Vitoria-Gasteiz, para transformar un autobús y un coche antiguo.
Con el coche, podríamos hacer cuanto quisiéramos, sin ningún tipo de restricciones. 


Con el autobús era diferente. Podríamos transformar el exterior, incluidos los cristales de las ventanas laterales, pero en ningún caso intentaríamos modificar ninguna parte del interior del autobús.
El tiempo estimado para la realización de todo el trabajo sería la semana del 25 al 29 de junio, y en este tiempo debíamos hacer trabajos de chapa, escultura, pintura y, en definitiva todo lo que se nos ocurriese.
Con tan poco tiempo era difícil convocar a todos los miembros de Aula 10, pero con el boca a boca, conseguimos reunir a un grupito de aprendices de artistas de diferentes disciplinas, en el que yo me encuentro, y desarrollar el trabajo con éxito.
Yo me encargué de los cristales del autobús, por tanto, aunque os muestro imágenes del conjunto del trabajo, sólo os puedo contar en qué consistía el mío.
Desde un principio fuí madurando la idea de transformar el interior del autobús, a través de la luz, ya que no podía hacerlo de ninguna otra manera (no nos dejaban), y cuanto más pensaba en ello, más atractivo me parecía el proyecto.
Quise que todos mis compañeros estuviesen representados en el interior del autobús. Para ello pedí fotografías a mis compañeros para retratarlos en los cristales. No tenía ninguna importancia el hecho de que los retratos se pareciesen o no, a las personas que representaban a cada uno de ellos. Pero sí era importante que cada uno de ellos se identificaran con el suyo. Esto lo conseguí.
El reto más importante era intervenir en el espacio del autobús. A través de la luz, conseguir cambiar totalmente su interior y crear una atmósfera de sensaciones diferentes.
El resultado es que desaparece el frío gris de los asientos, del suelo, ..., y aparecen reflejados los diferentes colores de los retratos de los cristales por todo el interior, interviniendo no sólo físicamente en el autobús sino que también psicológica mente en sus pasajeros que se sienten influenciados, sin ellos saberlo, por la alegría, vitalidad, fortaleza, etc.. que desprenden los colores cálidos y, también por la sensibilidad, capacidad de concentración, relajación... de los colores fríos. Y todos los colores se reparten estratégica mente por todos sus rincones consiguiendo un ambiente lleno de sensaciones agradables. 
Personalmente creo que todos mis objetivos en este proyecto están conseguidos.


 

 


Espero que os guste.

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